No solo de crédulos vive el
fraude. Si bien en numerosas ocasiones hemos afrontado los engaños y estafas de
los falsos videntes, este mes dirigimos nuestro ojo crítico hacia otro tipo de
“bi-dentes”, provistos de no menos afilados dos colmillos. Otra suerte de
vampiros que, escudados tras un torpe disfraz pseudocientífico, intentan
exprimir el mundo del misterio en pro de sus ambiciosos intereses personales.
La historia de la ciencia está llena de ejemplos. Nada más pesado que el aire
podía volar, la electricidad era una moda pasajera e inútil y del cielo no
podían caer piedras sencillamente porque en el cielo no hay piedras. Y a pesar
de esas categóricas afirmaciones, los aviones vuelan, la electricidad dirige
controla civilización y los meteoritos existen.
Actualmente existe un colectivo
de pseudocientíficos que, autodenominándose falsamente “escépticos” atacan
sistemáticamente toda manifestación de planteamientos heterodoxos relacionados
con el misterio. Y digo pseudocientíficos porque ya decía Voltaire que “es la
ignorancia la que niega o afirma, la ciencia siempre duda”. Y eso es lo que
significa el término “escéptico”, el que duda. Sin embargo los calificativos
que con frecuencia los “pseudo-escépticos” otorgan a los fenómenos anómalos
dejan poco lugar a dudas: “tonterías”, “babosadas”, “jilipolleces”,
“estupideces”… Sus cerebros superdotados no necesitan desplazarse al lugar de
los hechos ni interrogar a los testigos para sacar sus conclusiones. Esta
postura quedaba muy bien reflejada en una de sus publicaciones (La Alternativa
Racional, Nº 32, pag.42) al criticar el libro del conocido ufólogo Josep
Guijarro. Luis Alfonso Gámez, cabecilla del pseudo-escèpticismo español
condenaba el libro “Infiltrados” con la siguiente sentencia: “Después de leer
en la portada el nombre del autor, el miedo a perder la integridad mental me
impidió proseguir. Mas vale cobarde vivo que valiente descerebrado”. Por supuesto
solo los humildes mortales necesitamos leer un libro para poder juzgarlo… ¿Pero
no decían que la E.S.P. no existe?
En mayo de 1976 se celebraba en
USA una reunión patrocinada por la Asociación Humanista Americana que daría
como resultado la fundación del CSICOP, el “Vaticano” del movimiento
pseudo-escéptico (me resisto a aceptar el término escéptico para este
movimiento de fundamentalismo pseudo-científico), al que siguió la fundación de
agrupaciones similares en diferentes países; como el Centro Argentino para la
Investigación y Refutación de la Pseudociencia o la española Alternativa
Racional a las Pseudociencias (ARP). En España, por citar solo un ejemplo, los
autodenominados “escépticos” se han convertido en contertulios habituales en
todo debate sobre Ovnis, parapsicología o fenómenos paranormales. Y resulta
sospechoso que tan solo obtengan protagonismo en ese tipo de programas, y no en
coloquios o debates pertenecientes a sus respectivas disciplinas, lo que ha
llevado a algunos autores a la conclusión de que de esta forma subliman su
mediocridad académica (los pocos que tienen titulación universitaria)
obteniendo fama, popularidad y dinero atacando sistemáticamente todo fenómeno
paranormal. Es evidente que abundan el fraude y los errores de apreciación en
el mundo de los llamados fenómenos anómalos pero, como en todo campo del
conocimiento, se precisa dedicación y experiencia en una disciplina para poder
emitir juicios razonables sobre ella. Por eso solo los expertos en física
pueden emitir opiniones sólidas sobre física, solo los astrónomos pueden hablar
con conocimiento de astronomía y solo los médicos pueden dictaminar con
propiedad diagnósticos médicos. ¿Porqué entonces periodistas no especializados,
médicos, agentes de seguros o programadores de ordenador emiten juicios
radicales contra todo fenómeno paranormal en debates sobre Ovnis,
parapsicología, etc.? ¿Porqué entonces no acuden ufólogos o parapsicólogos a
programas y debates sobre informática, biología o astronomía? El resultado es
que las afirmaciones de estos pseudo-escépticos resultan con frecuencia
ridículas y serían divertidas de no resultar tan patéticas. Andrés San Juan,
asesor ¿científico? de Alternativa Racional a las Pseudociencias y experto en
la vida sexual de las moscas (sobre tan estimulante tema realizó su tesis
biológica) acusaba a las universidades de perder tiempo y dinero en la
investigación parapsíquica, retirando presupuestos de otros temas más
importantes para la ciencia (como la sodomía en los moscardones de la Patagonia).
Jesús Martínez Villarro, ex-editor de La Alternativa Racional (boletín de ARP)
afirmaba que el OVNI grabado magnetofónicamente en Bilbao era en realidad la
masturbación de un sapo partero (digo masturbación porque solo se escuchan
“cantos sexuales” de un Alytes Obstetricans, que según ARP era el origen de la
grabación OVNI). Por no hablar de las categóricas afirmaciones de estos
“científicos”, de que la mayoría de Ovnis avistados en España (incluso por
pilotos, meteorólogos, etc.) en realidad eran rayos en bolas… Rayos en bolas,
“masturbaciones” de sapos, vida sexual de las moscas… alguien podría pensar
maliciosamente que los escépticos tienen algún tipo de trastorno de la lívido,
y lo cierto es que recientemente los investigadores descubrían que uno de los
mayores fraudes en la historia de la ufología española, el alffaire UMMO, había
sido perpetrado precisamente por uno de estos “escépticos” aprovechando el mito
generado por él para materializar sus fantasías sadomasoquistas.
Por supuesto cada uno es muy
libre de vivir su sexualidad como prefiera, siempre y cuando no se aproveche de
la credulidad ajena para abusar del prójimo escudado tras un falso rigor
científico. Y lo cierto es que Freud podría sacar sugerentes conclusiones de
las explicaciones que los pseudo-escépticos dan a muchos casos paranormales. No
deja de ser curioso que en un reciente estudio grafológico realizado sobre 5
ufólogos de campo y 5 ufólogos de salón, en al menos tres de estos últimos se
detectasen curiosos aspectos sexuales, incluso indicios de demencia. Pero el
“sexo escéptico” es lo de menos. Analizando las explicaciones que algunos
patriarcas de la “ufología científica” dan a algunos casos debemos sentir
terror. En su pretenciosa “Enciclopedia de los encuentros cercanos con Ovnis”
(Pag. 236 a 238) Vicente Juan Ballester Olmos explicaba algunos casos de
aterrizajes OVNI como fraudes o confusiones con “Venus”, “un bidón de aceite”,
“un feto”, “algas marinas”, “un objeto corriente” (?), “Hombres de Cruz Roja”,
la “ventana de una casa”, una señal de tráfico, un “bidón marino”, una “tienda
de campaña”, un “mono”, una “lechuza”, una “fantasía de sordomudo”, un cura,
una “rueda de camión”, etc. La verdad es que una rueda de camión, por aquello
de ser redonda, nos recuerda más al típico Platillo Volante, pero ¿como se
puede confundir un OVNI con un cura, un mono, o una lechuza? ¿Tienen los
sordomudos fantasías más ufológicas que el resto de los mortales? ¿Que es un
“objeto corriente”? No resulta extraño que los testigos OVNI prefieran romper
relaciones con los investigadores cuando un “científico” les dice que el OVNI
que han visto era un bidón de aceite, o un feto humano… (?) Es una forma de
llamarles imbécil.
Hace pocas semanas estos
preclaros “científicos”, encabezados por Ballester Olmos (quien también carece
de ninguna titulación universitaria) resolvían el caso OVNI más documentado de
España. El 11/11/79 un OVNI provocó un aterrizaje de emergencia de un
Supercaravelle en el aeropuerto de Manises, el scramble (misión de interceptar)
de un caza que persiguió el OVNI durante cientos de kilómetros y la inquietud
de los controladores, director del aeropuerto y vecinos de Manises. Según estos
“científicos” el OVNI en realidad eran dos chimeneas de una fábrica en Argelia
(?). Y aunque pueda parecer choteo, que un empleado de una fábrica de coches le
diga a un piloto de combate (cuya titulación equivale a una carrera
universitaria superior) que el OVNI que estuvo persiguiendo por toda España
eran dos chimeneas argelinas se considera “ufología seria”. Ante estas
afirmaciones quienes no compartimos la HET (Hipótesis extraterrestre) para el
fenómeno OVNI hemos de aceptar que la HET única aplicable a los ufólogos
científicos, pero la Hipótesis Etílica. Porque no se pueden decir tantas
sandeces estando sobrio. A menos que existan intereses ocultos por explicar,
por absurda que sea la explicación, todo enigma. ¿Y cuales pueden ser esos
intereses? Tal vez la respuesta la encontremos en una carta de Felix Ares de
Blas, fundador y líder “espiritual” de ARP. En dicha carta el principal
“escéptico” español aclaraba que cobra un cuarto de millón de pesetas por cada
conferencia contra los fenómenos paranormales. Naturalmente si la conferencia
es en inglés el precio es algo mayor. La verdad es que ante tan sustanciosos
honorarios resulta comprensible tanta bisceralidad para demostrar que lo
paranormal no existe.
No importa que ataquen nuestra
yugular en nombre de la espiritualidad o de la ciencia. Los vampiros succionan
la sangre del mundo del misterio con la misma voracidad en un extremo u otro. Y
todos sabemos que los extremos se tocan.
Fuente: Escrito por Manuel Carballal/ElNuevoDespertar
1 comments:
A principios del 2016 varios avisos en periódicos nacionales de Argentina se invitaba a registrarse para visitar unas instalaciones de ciencia en la Patagonia, a modo de extensión científica anual.
Con todo pago recurrí a la Patagonia y luego de varias horas de viaje y pasar varias tranqueras cerradas llegamos a un par de laboratorios cuya actividad parece ser del chimento local por su tecnología.
Gran parte de las instalaciones son confidenciales, y por esto viene a significar que la aparatología del sitio es bien cuidada, de todas formas nos explicaron que había allá y acullá.
Nosotros visitamos un invernadero experimental, un laboratorio de partículas bien al fondo de una antigua explotación minera inactiva de finales del siglo XIX, un predio donde vimos los que según dicen son los únicos y últimos reptiles ofidios en Patagonia, un "campo" de telescopios sincronizados y las instalaciones administrativas y una enorme biblioteca.
Esta última bien equipada con tecnología pero por sobre todo con índices muy interesantes.
Resulta que el 26/12/17 el Señor Ballester Olmos publicó en su atractiva parodia "investigativa" de "Ufo Fotocat" una nota en la que participaba a otro de sus colegas, y ambos expresaban lamentar la pérdida de archivos de la antigua organización "APRO" y otros bla, bla, bla, para tontos como yo que lo teníamos en alta estima.
En dicha Biblioteca una amplia sección sobre "Anomalías y Eventos" incluía varias estanterías sobre esta organización "APRO" y como los susodichos expresaban no saber dónde estaban me animé a escribirle a Ballester Olmos narrándole mi experiencia.
Esperaba, no se, que me pidiera que lo contacte con los organizadores de la visita, tal vez que le indique dónde quedaban estas instalaciones, o tal vez que le envíe alguna imagen de los centenares que tome en ese viaje cuasi turístico.
Tal vez esperaba una respuesta algo así "si claro!, pruébalo", o tal vez silencio del radio del otro lado.
Pero nunca me imaginé que Ballester Olmos me respondiera de la forma que lo hizo; primero y quedó claro en sus respuestas, le envió mi mensaje a otra persona llamado "Ale" tratándome de "pirado" e "imbécil" y advirtiendo que "no pierda un minuto" con mi relato.
Esta impropiedad de descalificar a alguien con un tercero es de personas viles, me hizo acordar muchísimo a los relatos que mi Abuelo me contaba de la Alemania de 1940 cuando los Nazis descalificaban a opositores, gitanos, judíos y homosexuales por igual a sus espaldas.
Pero peor fue la respuesta directa que me envió a mí, la cual dice textualmente "Se necesita ser imbécil para inventarse este cuento y encima tomarse el trabajo de traducirlo al inglés. ¡Eres un anormal!".
Siempre fui educado pero lo omití en la oportunidad de responderle, volviendo sobre mis letras y leyendo el artículo arriba me doy cuenta que nada viene gratis con estas gentes y a pesar de cómo algunos tontos como yo la hayamos visto de mayor calidad.
Pienso ahora leyendo el artículo y me pregunto cuántos habrá así en estos mundillos, en quién podremos confiar y cómo harán estas personas para salir de su podredumbre después de habernos engañado a muchos como yo.
Leí bastante estos días, quejas sobre el comportamiento de Ballester Olmos por emitir juicios sobre objetos voladores no identificados en la Antártida sin haber visitado el Continente Blanco; extrañas asesorías a la Comisión Ovni de la Fuerza Aérea Argentina e innumerables chupadas de medias de ufólogos de Argentina acostumbrados a salir en los medios y auto promocionarse a costa de cualquier cosa, desde insectos hasta aviones volando en altura.
La realidad es que me dolió mucho esta desilusión injusta porque quienes son hombres honestos dicen estas cosas en la cara o se expresan con respeto.
Así fue como se me cayó un ídolo, que terminó por ser de barró u otro material ineludiblemente navegante de las cloacas del mercantilismo del misterio.
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