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2/01/2013

El Fraude de los Escépticos



No solo de crédulos vive el fraude. Si bien en numerosas ocasiones hemos afrontado los engaños y estafas de los falsos videntes, este mes dirigimos nuestro ojo crítico hacia otro tipo de “bi-dentes”, provistos de no menos afilados dos colmillos. Otra suerte de vampiros que, escudados tras un torpe disfraz pseudocientífico, intentan exprimir el mundo del misterio en pro de sus ambiciosos intereses personales. La historia de la ciencia está llena de ejemplos. Nada más pesado que el aire podía volar, la electricidad era una moda pasajera e inútil y del cielo no podían caer piedras sencillamente porque en el cielo no hay piedras. Y a pesar de esas categóricas afirmaciones, los aviones vuelan, la electricidad dirige controla civilización y los meteoritos existen.

Actualmente existe un colectivo de pseudocientíficos que, autodenominándose falsamente “escépticos” atacan sistemáticamente toda manifestación de planteamientos heterodoxos relacionados con el misterio. Y digo pseudocientíficos porque ya decía Voltaire que “es la ignorancia la que niega o afirma, la ciencia siempre duda”. Y eso es lo que significa el término “escéptico”, el que duda. Sin embargo los calificativos que con frecuencia los “pseudo-escépticos” otorgan a los fenómenos anómalos dejan poco lugar a dudas: “tonterías”, “babosadas”, “jilipolleces”, “estupideces”… Sus cerebros superdotados no necesitan desplazarse al lugar de los hechos ni interrogar a los testigos para sacar sus conclusiones. Esta postura quedaba muy bien reflejada en una de sus publicaciones (La Alternativa Racional, Nº 32, pag.42) al criticar el libro del conocido ufólogo Josep Guijarro. Luis Alfonso Gámez, cabecilla del pseudo-escèpticismo español condenaba el libro “Infiltrados” con la siguiente sentencia: “Después de leer en la portada el nombre del autor, el miedo a perder la integridad mental me impidió proseguir. Mas vale cobarde vivo que valiente descerebrado”. Por supuesto solo los humildes mortales necesitamos leer un libro para poder juzgarlo… ¿Pero no decían que la E.S.P. no existe?

En mayo de 1976 se celebraba en USA una reunión patrocinada por la Asociación Humanista Americana que daría como resultado la fundación del CSICOP, el “Vaticano” del movimiento pseudo-escéptico (me resisto a aceptar el término escéptico para este movimiento de fundamentalismo pseudo-científico), al que siguió la fundación de agrupaciones similares en diferentes países; como el Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia o la española Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP). En España, por citar solo un ejemplo, los autodenominados “escépticos” se han convertido en contertulios habituales en todo debate sobre Ovnis, parapsicología o fenómenos paranormales. Y resulta sospechoso que tan solo obtengan protagonismo en ese tipo de programas, y no en coloquios o debates pertenecientes a sus respectivas disciplinas, lo que ha llevado a algunos autores a la conclusión de que de esta forma subliman su mediocridad académica (los pocos que tienen titulación universitaria) obteniendo fama, popularidad y dinero atacando sistemáticamente todo fenómeno paranormal. Es evidente que abundan el fraude y los errores de apreciación en el mundo de los llamados fenómenos anómalos pero, como en todo campo del conocimiento, se precisa dedicación y experiencia en una disciplina para poder emitir juicios razonables sobre ella. Por eso solo los expertos en física pueden emitir opiniones sólidas sobre física, solo los astrónomos pueden hablar con conocimiento de astronomía y solo los médicos pueden dictaminar con propiedad diagnósticos médicos. ¿Porqué entonces periodistas no especializados, médicos, agentes de seguros o programadores de ordenador emiten juicios radicales contra todo fenómeno paranormal en debates sobre Ovnis, parapsicología, etc.? ¿Porqué entonces no acuden ufólogos o parapsicólogos a programas y debates sobre informática, biología o astronomía? El resultado es que las afirmaciones de estos pseudo-escépticos resultan con frecuencia ridículas y serían divertidas de no resultar tan patéticas. Andrés San Juan, asesor ¿científico? de Alternativa Racional a las Pseudociencias y experto en la vida sexual de las moscas (sobre tan estimulante tema realizó su tesis biológica) acusaba a las universidades de perder tiempo y dinero en la investigación parapsíquica, retirando presupuestos de otros temas más importantes para la ciencia (como la sodomía en los moscardones de la Patagonia). Jesús Martínez Villarro, ex-editor de La Alternativa Racional (boletín de ARP) afirmaba que el OVNI grabado magnetofónicamente en Bilbao era en realidad la masturbación de un sapo partero (digo masturbación porque solo se escuchan “cantos sexuales” de un Alytes Obstetricans, que según ARP era el origen de la grabación OVNI). Por no hablar de las categóricas afirmaciones de estos “científicos”, de que la mayoría de Ovnis avistados en España (incluso por pilotos, meteorólogos, etc.) en realidad eran rayos en bolas… Rayos en bolas, “masturbaciones” de sapos, vida sexual de las moscas… alguien podría pensar maliciosamente que los escépticos tienen algún tipo de trastorno de la lívido, y lo cierto es que recientemente los investigadores descubrían que uno de los mayores fraudes en la historia de la ufología española, el alffaire UMMO, había sido perpetrado precisamente por uno de estos “escépticos” aprovechando el mito generado por él para materializar sus fantasías sadomasoquistas.

Por supuesto cada uno es muy libre de vivir su sexualidad como prefiera, siempre y cuando no se aproveche de la credulidad ajena para abusar del prójimo escudado tras un falso rigor científico. Y lo cierto es que Freud podría sacar sugerentes conclusiones de las explicaciones que los pseudo-escépticos dan a muchos casos paranormales. No deja de ser curioso que en un reciente estudio grafológico realizado sobre 5 ufólogos de campo y 5 ufólogos de salón, en al menos tres de estos últimos se detectasen curiosos aspectos sexuales, incluso indicios de demencia. Pero el “sexo escéptico” es lo de menos. Analizando las explicaciones que algunos patriarcas de la “ufología científica” dan a algunos casos debemos sentir terror. En su pretenciosa “Enciclopedia de los encuentros cercanos con Ovnis” (Pag. 236 a 238) Vicente Juan Ballester Olmos explicaba algunos casos de aterrizajes OVNI como fraudes o confusiones con “Venus”, “un bidón de aceite”, “un feto”, “algas marinas”, “un objeto corriente” (?), “Hombres de Cruz Roja”, la “ventana de una casa”, una señal de tráfico, un “bidón marino”, una “tienda de campaña”, un “mono”, una “lechuza”, una “fantasía de sordomudo”, un cura, una “rueda de camión”, etc. La verdad es que una rueda de camión, por aquello de ser redonda, nos recuerda más al típico Platillo Volante, pero ¿como se puede confundir un OVNI con un cura, un mono, o una lechuza? ¿Tienen los sordomudos fantasías más ufológicas que el resto de los mortales? ¿Que es un “objeto corriente”? No resulta extraño que los testigos OVNI prefieran romper relaciones con los investigadores cuando un “científico” les dice que el OVNI que han visto era un bidón de aceite, o un feto humano… (?) Es una forma de llamarles imbécil.

Hace pocas semanas estos preclaros “científicos”, encabezados por Ballester Olmos (quien también carece de ninguna titulación universitaria) resolvían el caso OVNI más documentado de España. El 11/11/79 un OVNI provocó un aterrizaje de emergencia de un Supercaravelle en el aeropuerto de Manises, el scramble (misión de interceptar) de un caza que persiguió el OVNI durante cientos de kilómetros y la inquietud de los controladores, director del aeropuerto y vecinos de Manises. Según estos “científicos” el OVNI en realidad eran dos chimeneas de una fábrica en Argelia (?). Y aunque pueda parecer choteo, que un empleado de una fábrica de coches le diga a un piloto de combate (cuya titulación equivale a una carrera universitaria superior) que el OVNI que estuvo persiguiendo por toda España eran dos chimeneas argelinas se considera “ufología seria”. Ante estas afirmaciones quienes no compartimos la HET (Hipótesis extraterrestre) para el fenómeno OVNI hemos de aceptar que la HET única aplicable a los ufólogos científicos, pero la Hipótesis Etílica. Porque no se pueden decir tantas sandeces estando sobrio. A menos que existan intereses ocultos por explicar, por absurda que sea la explicación, todo enigma. ¿Y cuales pueden ser esos intereses? Tal vez la respuesta la encontremos en una carta de Felix Ares de Blas, fundador y líder “espiritual” de ARP. En dicha carta el principal “escéptico” español aclaraba que cobra un cuarto de millón de pesetas por cada conferencia contra los fenómenos paranormales. Naturalmente si la conferencia es en inglés el precio es algo mayor. La verdad es que ante tan sustanciosos honorarios resulta comprensible tanta bisceralidad para demostrar que lo paranormal no existe.

No importa que ataquen nuestra yugular en nombre de la espiritualidad o de la ciencia. Los vampiros succionan la sangre del mundo del misterio con la misma voracidad en un extremo u otro. Y todos sabemos que los extremos se tocan.

Fuente: Escrito por Manuel Carballal/ElNuevoDespertar

1 comments:

Ing. Elías Gervasio Gómez dijo...

A principios del 2016 varios avisos en periódicos nacionales de Argentina se invitaba a registrarse para visitar unas instalaciones de ciencia en la Patagonia, a modo de extensión científica anual.
Con todo pago recurrí a la Patagonia y luego de varias horas de viaje y pasar varias tranqueras cerradas llegamos a un par de laboratorios cuya actividad parece ser del chimento local por su tecnología.
Gran parte de las instalaciones son confidenciales, y por esto viene a significar que la aparatología del sitio es bien cuidada, de todas formas nos explicaron que había allá y acullá.
Nosotros visitamos un invernadero experimental, un laboratorio de partículas bien al fondo de una antigua explotación minera inactiva de finales del siglo XIX, un predio donde vimos los que según dicen son los únicos y últimos reptiles ofidios en Patagonia, un "campo" de telescopios sincronizados y las instalaciones administrativas y una enorme biblioteca.
Esta última bien equipada con tecnología pero por sobre todo con índices muy interesantes.
Resulta que el 26/12/17 el Señor Ballester Olmos publicó en su atractiva parodia "investigativa" de "Ufo Fotocat" una nota en la que participaba a otro de sus colegas, y ambos expresaban lamentar la pérdida de archivos de la antigua organización "APRO" y otros bla, bla, bla, para tontos como yo que lo teníamos en alta estima.
En dicha Biblioteca una amplia sección sobre "Anomalías y Eventos" incluía varias estanterías sobre esta organización "APRO" y como los susodichos expresaban no saber dónde estaban me animé a escribirle a Ballester Olmos narrándole mi experiencia.
Esperaba, no se, que me pidiera que lo contacte con los organizadores de la visita, tal vez que le indique dónde quedaban estas instalaciones, o tal vez que le envíe alguna imagen de los centenares que tome en ese viaje cuasi turístico.
Tal vez esperaba una respuesta algo así "si claro!, pruébalo", o tal vez silencio del radio del otro lado.
Pero nunca me imaginé que Ballester Olmos me respondiera de la forma que lo hizo; primero y quedó claro en sus respuestas, le envió mi mensaje a otra persona llamado "Ale" tratándome de "pirado" e "imbécil" y advirtiendo que "no pierda un minuto" con mi relato.
Esta impropiedad de descalificar a alguien con un tercero es de personas viles, me hizo acordar muchísimo a los relatos que mi Abuelo me contaba de la Alemania de 1940 cuando los Nazis descalificaban a opositores, gitanos, judíos y homosexuales por igual a sus espaldas.
Pero peor fue la respuesta directa que me envió a mí, la cual dice textualmente "Se necesita ser imbécil para inventarse este cuento y encima tomarse el trabajo de traducirlo al inglés. ¡Eres un anormal!".
Siempre fui educado pero lo omití en la oportunidad de responderle, volviendo sobre mis letras y leyendo el artículo arriba me doy cuenta que nada viene gratis con estas gentes y a pesar de cómo algunos tontos como yo la hayamos visto de mayor calidad.
Pienso ahora leyendo el artículo y me pregunto cuántos habrá así en estos mundillos, en quién podremos confiar y cómo harán estas personas para salir de su podredumbre después de habernos engañado a muchos como yo.
Leí bastante estos días, quejas sobre el comportamiento de Ballester Olmos por emitir juicios sobre objetos voladores no identificados en la Antártida sin haber visitado el Continente Blanco; extrañas asesorías a la Comisión Ovni de la Fuerza Aérea Argentina e innumerables chupadas de medias de ufólogos de Argentina acostumbrados a salir en los medios y auto promocionarse a costa de cualquier cosa, desde insectos hasta aviones volando en altura.
La realidad es que me dolió mucho esta desilusión injusta porque quienes son hombres honestos dicen estas cosas en la cara o se expresan con respeto.
Así fue como se me cayó un ídolo, que terminó por ser de barró u otro material ineludiblemente navegante de las cloacas del mercantilismo del misterio.

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