El campo magnético de la Tierra, que nos protege de la peligrosa radiación solar, está perdiendo gradualmente su estabilidad, advierten nuevos estudios. Un sin fin de noticias están apareciendo en los últimos años advirtiendonos de una inminente inversión polar, ¿por qué preocupa tanto que se de este acontecimiento? ¿en qué consiste este suceso y cuales serían las consecuencias para la humanidad si ocurriera en nuestra época?
A lo largo de la historia de nuestro planeta los polos magnéticos norte y sur se han invertido muchas veces, la última hace aproximadamente 780.000 años, informa 'Scientific American'.
Si hace tiempo que los geofísicos piensan que los polos terrestres pueden volver a intercambiarse, ahora se cree que esto podría suceder antes de lo que se pensaba.
Según los últimos datos publicados por la Agencia Espacial Europea, el campo magnético de la Tierra se está debilitando a una velocidad 10 veces mayor de lo que se creía, lo que podría ser un indicio de una inversión inminente que podría empezar en menos de 2.000 años. El proceso de inversión magnética podría tardar en completarse entre 1.000 y 20.000 años.
La Agencia para la Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) ha publicado las fotos sacadas por su satélite de observatorio de terreno, "Daichi", del día 24 de febrero (i), unos días antes del terremoto que ocurrió en Chile, y del 27 de febrero, tras producirse el seísmo que causó al menos 723 muertos. EFE
Es difícil saber cómo un cambio geomagnético influiría en la civilización actual, ya que una de las funciones del campo magnético consiste en proteger a la Tierra de la radiación solar.
Esto último se escucha bastante confuso, la realidad es que sin un campo magnético la tierra quedaría frita como huevo al sol. Lo que no se explica es que durante el proceso de inversión el campo se debilita hasta darse la inversión completa, si esto demora muchos años, imáginese el tiempo de vulnerabilidad al que estará el planeta expuesto... Tanto como el terremoto en Chile y en Japón han alterado significativamente el eje terrestres en los últimos años, no sabemos cuántos más lo hallan hecho anteriormente, pero sin duda alguna el proceso ya se encuentra en marcha. Recientemente aparece la siguiente nota:
Alarma mundial: el deshielo antártico está cambiando el campo gravitatorio de la Tierra
Científicos británicos han diagnosticado que el repentino aumento de la pérdida de hielo en regiones antes estables de la Antártida está generando cambios en el campo gravitatorio de la Tierra. Se trata de un equipo de expertos de la Universidad de Bristol, que expresaron alarmante preocupación por el ritmo con que el hielo del sur de la Península Antártica se reduce, lo que jamás había sucedido hasta 2009, cuando comenzó una rápida desestabilización. La mediciones realizadas demuestran que la pérdida de masa gélida en esta región, otrora estable, es tan drástica, que logró cambios en el campo gravitacional de la Tierra. La información se suma a un estudio que reveló que los glaciares apostados a lo largo de la península han acelerado el ritmo de su derretimiento, volcando más de 300 kilómetros cúbicos de agua al océano circundante, durante los últimos seis años.
Lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en noviembre de 2013, la misión Swarm empieza a dar sus primeros frutos. En la imagen puedes apreciar lo que ha medido este conjunto coordinado de tres satélites: los cambios del campo magnético terrestre, que nos protege de la radiación cósmica y las partículas eléctricamente cargadas, entre enero y junio de 2014.
El color azul indica los lugares donde se debilita, y el rojo, las zonas en las que se ha reforzado. La conclusión más evidente es que mientras el hemisferio occidental sufre una “anemia” galopante de magnetismo, hay otros puntos, como el océano Índico, donde ocurre todo lo contario, aunque hay una tendencia global al debilitamiento.
Tras analizar los datos, los expertos también han advertido que el Polo Norte magnético se está desplazando desde Norteamérica hacia Siberia.
¿Qué consecuencias tendría para la vida en la Tierra una inversión de los polos magnéticos?
"Los cambios en el magnetismo terrestre podrían tener consecuencias en las infraestructuras eléctricas del planeta y también, por ejemplo, en los instrumentos de navegación", señala el geólogo Paul Renne, profesor de geología en la UCB.
"Además, también se podrían producir consecuencias en la naturaleza, ya que sabemos que muchos animales, como los pájaros, la ballenas o las abejas, utilizan el campo magnético para orientarse".
Otros investigadores advierten que si durante el proceso de inversión de los polos el campo magnético se debilitara excesivamente o incluso desapareciera, aunque sólo fuera durante un corto perido de tiempo, perderíamos nuestra protección contra la radiación solar y los rayos cósmicos, lo que podría afectar la vida en nuestro planeta, ya que estos pueden producir mutaciones genéticas.
La cuestión, según Paul Reene, es que los científicos saben que no se trata de un ciclo que se dé con regularidad, por lo que "no podemos preccedir cuándo sucederá
¿qué pasaría si en algún momento el campo magnético de la Tierra colapsara?
Aunque no lo parezca, la magnetósfera es una fuerza que constantemente cambia en fuerza y en orientación.
El corazón de nuestro planeta es una enorme masa de hierro del tamaño de la Luna, tan caliente como la superficie del sol (entre 5,000oC y 7,200oC), pero que permanece en estado sólido por la enorme presión que ejerce sobre ella el resto del planeta.
Alrededor de este núcleo sólido, hay una segunda capa compuesta básicamente por una aleación de hierro y níquel, casi tan caliente como el núcleo (entre 4,000oC y 5,000oC), pero que es líquida porque soporta menos presión.
Fuera de este núcleo exterior se extiende una capa de densa roca, llamada manto, el cual fluye como asfalto bajo un gran peso. Con temperaturas de 870oC, donde toca la corteza terrestre, y de unos 2,200oC, donde se encuentra con el núcleo externo, es relativamente más frío comparado con el núcleo.
Se necesitan cumplir muchas condiciones específicas para que el campo magnético surja, pero a grandes rasgos podemos decir que la diferencia de temperatura entre el núcleo y el manto, junto con la rotación terrestre, hacen que la Tierra se convierta en un gran imán. Sin embargo, esto no sucedería si no existiera un campo magnético de origen que interactuara con la dinámica terrestre, en este caso, el campo magnético solar.
Desde que en 1831 James Ross determinó su ubicación, el polo norte magnético se ha movido más de 900 kilómetros, y en los últimos años, el cambio se ha acelerado a una velocidad promedio de entre 10 y 40 km por año. Se espera que en una pocas décadas su ubicación cambie del polo norte a Asia. Además, a lo largo de los últimos 200 años, el campo magnético ha disminuido su fuerza 15%.
La disminución del campo magnético podría causar terribles consecuencias, como el aumento de muertes por cáncer al haber más radiación, el colapso de la red eléctrica debido a tormentas solares, además de severos cambios en el clima.
Durante los últimos 20 millones de años los polos se han invertido en promedio cada 200 o 300 mil años. Sin embargo, estamos muy retrasados para uno de estos cambios, pues la evidencia del último data de hace 780,000 años.
Gracias a las marcas magnéticas encontradas en rocas y sedimentos se sabe que el campo cambia constantemente. Estos cambios son generalmente lentos, pero son complejos y llega a haber incluso momentos en que el campo tiene más de dos polos por un tiempo, hasta que aumenta su fuerza y los polos cambian de dirección.
Debido a la disminución del campo durante los últimos dos siglos, algunos científicos creen que nos estamos aproximando a otro cambio a largo plazo. Incluso hay quien relaciona el inicio del hundimiento de los Países Bajos con un cambio en el campo durante el mismo periodo.
En los últimos años, se ha encontrado evidencia de que estos cambios pueden suceder muy rápidamente. En 2012, se encontró evidencia que indica que hace 41,000 años hubo un cambio en el campo que ocurrió 10,000 veces más rápido de lo normal, haciendo que el campo se moviera unos 53 grados en un solo año.
Según parece, este campo de polaridad duró por unos 440 años y la fuerza del campo disminuyó hasta un cuarto de su fuerza actual (bajando en periodos hasta un 5%), haciendo que se perdiera la protección contra rayos cósmicos aumentando significativamente la radiación. Se cree incluso que esta pudiera ser la causa de varios cambios climáticos extremos durante la última era del hielo.
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