Erich von Däniken, lo describe
como "ser que aparece sentado e inclinado sobre unos mandos (como un
astronauta en su cabina de pilotaje). El extraño ser lleva en su cabeza un
casco del que salen hacia atrás dos tubos flexibles. Frente a su nariz puede
verse claramente un balón de oxígeno. Con ambas manos manipula el personaje
algo parecido a unos mandos de control: la mano superior está abierta y en
posición de hacer girar un botón como para sintonizar alguna cosan con
precisión; en cuanto a la mano situada en el plano inferior, pueden apreciarse
cuatro de los dedos con el meñique doblado ¿No es como si la figura estuviera
manejando con esa mano una palanca al estilo del acelerador manual de nuestras
motocicletas? Finalmente, el talón del pie izquierdo descansa sobre un pedal de
varios niveles."
"...Lleva una indumentaria
demasiado moderna: inmediatamente bajo su barbilla y bien visible en la parte
del escote se distingue una prenda semejante a un pulóver de "cuello de
cisne", que se ajusta completamente al torso y acaba en unos puños
estriados... lleva también un ancho cinturón con hebilla de seguridad, un
pantalón de mallas gruesas y otro interior muy ajustado, que le llega hasta los
tobillos... ¡Ya tenemos al astronauta perfectamente vestido y equipado!"
"...Delante de la figura,
sujeta a su asiento por cinturones de seguridad, vemos la instalación central
para el suministro de oxígeno y de energía, así como el cuadro de
comunicaciones... (En la proa) pueden distinguirse unos grandes electroimanes
cuyo fin es crear un campo magnético en torno al casco de la astronave y
protegerla así del choque con las partículas cósmicas..."
"Detrás del astronauta se
observa una unidad de fusión nuclear... en el extremo posterior de la nave se
haya incluso representado en forma estilizada la estela que dejan tras de sí
los cohetes propulsores".
A INTERPRETACIÓN COMO NAVE
ESPACIAL
Muchos conocerían la lápida de
Palenque a través de los libros deErich von Däniken en donde se decía que era
la representación maya de una nave espacial. Pero él no fue el primero en
señalar esta tontería.
No estoy seguro si fue Alexander
Kazantsev, en alguno de sus trabajos traducidos al francés y publicados en la
revista Planete, porLouis Pauwels, o fueron los franceses Guy Tarade y André
Millou los primeros en sugerir que el personaje de la lápida de Palenque se
hallaba en el interior de una naveespacial que despegaba, mientras iba
accionando diversos mandos de la misma.
“Cuando un pueblo quiere
transmitir un mensaje indestructible, capaz de vencer al tiempo, lo confía a la
piedra, el único material que puede desafiar la eternidad. En nuestro caso, eso
es lo que han hecho los científicos mayas. La escultura, nítida, equilibrada,
es una de las más bellas y refinadas que se conocen.
“El motivo principal está rodeado
por veinticuatro símbolos que nos hacen pensar en la ‘Puerta del Sol’ de
Tiahuanaco, y están dispuestos de la siguiente manera: nueve en lo alto
(cielo), nueve abajo (Tierra), tres a la izquierda (Oeste) y tres a la derecha
(Este). Estos jeroglíficos se refieren, de seguro, al pilotaje de la nave”.
“El personaje que está en el
centro de la losa y que nosotros llamamos piloto lleva un casco y mira hacia la
parte delantera del aparato (proa). Sus dos manos están ocupadas y parecen
manejar mandos o manipular unos resortes”.
“La nave donde viaja, exactamente
equipada como un cohete espacial, parece ser un vacío cósmico que utiliza la
energía solar. En efecto, en la parte delantera del aparato aparece la figura
de un papagayo, pájaro que representa al dios volante de los símbolos mayas, el
Sol. La palabra ‘energía’ sería más apropiada que la de ‘dios’, ya que en la
descomposición de la luz mediante prisma podemos encontrar la gama de colores
del plumaje de una papagayo”.
“El color dominante habitual de
estos pájaros es el verde, color de los dioses venusianos. Y cosa muy curiosa y
coincidente es que los testimonios más fidedignos afirman que los platillos
volantes, a su paso por el cielo, lo impregnan.
“En la parte anterior del cohete,
justo detrás de la proa, están dispuestos tres ‘receptores’ que acumulan
energía, y también son visibles más condensadores de energía, agrupados en
series de tres, en torno al vehículo. El motor está dividido en cuatro partes
en la parte delantera, y en la trasera aparecen unas células y vemos unos
órganos complejos que están conectados por unos tubos a una tobera que expulsa
fuego”.
“El grabado de la losa representa
un cosmonauta pilotando una astronave que utiliza la energía solar. El hombre
de la máscara de jade se perfila como un ‘semidiós’ blanco, tal vez uno de los
últimos representantes de un grupo de iniciadores y protectores del Imperio que
llegaron desde el cielo y a los que el Popul-Vuh, el libro sagrado de las mayas
recuerda como los Sabios de la Primera Raza. La raza que descendió de
las estrellas, instruyó a los
primitivos mayas y después desapareció”.
Guy Tarade fue más específico y
escribió:
“Considero que el ilustre difunto
no era un maya, su morfología era totalmente diferente a la de los indios.
Aparentaba unos 40 ó 50 años de edad. Su talla de 1,75 metros, sobrepasaba en más
de 20 centímetros la altura media de los mayas, que era de 1,54 metros”.
Para él los restos no pertenecían
a ningún ser humano, sino a un ser extraterrestre. El último de los
extraterrestres que descendió de las estrellas para instruir a los primitivos mayas.
Éste “astronauta de Palenque” adoptaba la posición más apropiada para resistir
elimpulso de los cohetes, cuyas “llamas” se podían ver saliendo de las “toberas
de escape” en la parte inferior de la lápida.
El pelo de este “piloto”, decían
los astroarqueólogos franceses, parece flotar a causa de la ingravidez. Lo cual
contradecía dos puntos de su exposición: que el personaje vestía un casco (el
cual hubiera impedido que sus cabellos “flotaran”); y que la lápida muestra el
momento de despegue, o por lo menos una etapa en la que se dejan escapar los
“gases de combustión” (este impulso tampoco es compatible con un estado de
ingravidez).
En realidad no son los cabellos
de Pakal los que “flotan”. Es su collar el que se desprende de su cuerpo en el
momento de su muerte.
LA VERSIÓN DE VON DÄNIKEN
En 1969 vino a México el
ingeniero civil norteamericano Hugh Harleston, un contratista de la NASA.
Harleston encontró 18 coincidencias entre el grabado de la lápida de Palenque y
una cápsula espacial de su época. Entre ellas estaba un supuesto cinturón de
seguridad, el tablero de mandos, un micrófono o respirador (el inhalador de
Tarade y Millou).
Para Harleston:
“No cabe duda de que la imagen
esculpida es la representación de un astronauta dentro de un módulo espacial
fuera de la atracción de la atmósfera terrestre:
1) En la nariz de Quetzalcóatl
se puede observar un especie de aparato que serviría como respirador y
cumpliría la función del casco de un astronauta;
2) En la parte delantera se
identifican botones y palancas;
3) El cabello ingrávido, como estaría un
astronauta sin el casco;
4) En la parte trasera del aparato se distinguen
claramente las llamas producidas por la nave”.
“El extraño grabado que decora la
losa ha desconcertado a hombres de ciencia porque se parece, como una gota de
agua a otra, a un cohetecósmico o cápsula espacial del tipo Mercury, propulsada
por energía iónica”.
"Nuestro astronauta -su
silueta es inconfundible y, por tanto, podemos llamarlo así- no evidencia sólo
acción por la actitud; ante su vista cuelga un aparato que él observa con
mirada fija y penetrante. Entre el asiento delantero ocupado por el astronauta
y la parte posterior del vehículo, donde vemos cajas, círculos, puntos y
espirales, hay varios puntales”.
En El mensaje de los dioses
continúa:
“La losa en bajorrelieve viene a
servir de marco a la figura central de un ser que aparece sentado e inclinado
sobre unos mandos como un astronauta en la cápsula de mando de su cabina de
pilotaje. El extraño ser lleva en su cabeza un casco del que parten hacia atrás
tubos dobles flexibles. Frente a su nariz puede verse claramente un balón de
oxígeno. Con las manos maneja algunos mecanismos de control. El talón de su pie
izquierdo descansa sobre un pedal de varios niveles. Bajo su barbilla y bien
visible en la parte del escote se distingue una prenda semejante a un jersey de
‘cuello de cisne’, que se ajusta completamente al torso y acaba en unos puños
estriados. Lleva un ancho cinturón con hebilla de seguridad, un pantalón de
mallas gruesas y otro interior muy ajustado, que le llega hasta los tobillos.
En la proa grandes electroimanes cuyo fin es crear un campo magnético en torno
al casco de la astronave y protegerla así del choque con las partículas
cósmicas. Detrás del astronauta se aprecia unaunidad de fusión nuclear: en
esquema se reduce a sintetizar dos núcleos atómicos, probablemente de hidrógeno
y helio, los cuales acaban por fundirse en uno solo. Considero de mayor
importancia el hecho de que en el extremo posterior de la nave, fuera del
encuadre general, se haya incluso representado en forma estilizada la estela
que dejan tras sí los cohetes propulsores…
“Ante la llegada de un ser
extraterrestre los indios mayas sintieron el deseo ‘natural’ de perpetuar el
recuerdo de tan excelsa visita y del extraño aparato en uno de sus relieves… lo
hicieron en este caso para dejar a futuras generaciones un testimonio visible
de su presencia”.
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