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9/18/2012

Las posibles consecuencias de la TORMENTA SOLAR DEL SIGLO



La humanidad ha sufrido innumerables eventos naturales que la han puesto en peligro de muerte sin embargo hasta ahora ha salido victoriosa. Durante el año 2011 se notificaron a la humanidad a través de los medios de observación y registro profesionales sobre las tormentas solares o tormentas geomagnéticas, tal es el caso de las ocurridas el 15 de febrero del 2011 y del 9 de agosto del 2011, entre otras registradas por los organismos seguidores de las mismas de Estados Unidos, Europa y Rusia.

A pesar de la información existente de este fenómeno natural del Sol como astro activo y en constante movimiento en ciclos de actividad, la información parece no llegar ampliamente a todos los países ya que se da la impresión de que a los países en vías de desarrollo lo han dejado por fuera de estos importantes eventos naturales que nos afecta a todos los habitantes de nuestro maltratado planeta Tierra prefiriendo enviarles a través de los medios de comunicación globalizados la continua programación "chatarra" o "idiotizante", programas musicales, concursos, de belleza y baile; mientras que ellos trabajan en el problema para apropiarse de las mejores soluciones ante este catastrófico evento global y ser los primeros en manejar la información para su propio beneficio dejando a un lado al resto de los países. Sin embargo, la información se ha dado a todos y lo más importante es analizarla y tomar medidas preventivas a tiempo salvaguardando a la humanidad de esta terrible amenaza.

El Sol es un astro luminoso o estrella que irradia luz y calor, forma el Sistema Solar de la galaxia llamada Vía Láctea en el Universo del cual, el planeta Tierra, forma parte y del cual nosotros, los seres vivos dependemos de todo este perfecto sistema complejo de acción y reacción, de luz y calor.

El Sol como una gran esfera de gases incandescentes tiene un núcleo y su materia está en estado líquido o plasmático, la superficie aparente del Sol es denominada "esfera de luz" o fotosfera, y alrededor de esta se extiende otra capa de vapores incandescentes y coloridos llamada cromosfera, cubierta a su vez por la corona que es un gigantesca halo de gases que envuelven al Sol. Igualmente en el Sol se observan porciones más brillantes denominadas "fáculas" y otras oscuras llamadas "manchas", con enormes prominencias luminosas formadas por gases de hidrógeno y helio que parten de la fotosfera como enormes lenguas de fuego, hasta alcanzar más allá de la cromosfera, produciéndose también una llamarada solar o una rápida liberación de energía de una región específica en el Sol en la forma de radiación electromagnética, partículas energéticas y movimientos de masa, en donde la radiación electromagnética viaja por el espacio a la velocidad de la luz y se propaga por la interacción de campos eléctricos y magnéticos oscilantes.

Por todo lo anteriormente citado, surgió la inquietud de cuáles serían los efectos devastadores de estas radiaciones electromagnéticas o de una tormenta solar sobre la vida en el planeta Tierra, debido a que en declaraciones recientes de prensa de algunos científicos de la NASA (NASA, siglas que en español significa Aeronáutica Nacional y Administración Espacial, National Aeronautics and Space Administration, siglas en inglés), como el doctor Julian M. Mc Dean y el doctor Assis Muller, aseguraron la existencia de tormentas solares ocurridas en los últimos años y que se van acrecentando, poniendo en peligro la vida en la superficie terrestre, expuesta a estos mortales rayos. Igualmente estas declaraciones están ampliamente detalladas en la agencia internacional de noticias rusas, Rianovosti, con detalles de imágenes de satélites y demás; perfilándose así un caos global a lo cual debemos estar atentos como principales afectados de este Gran Evento Natural Externo Estelar.

El problema de una potente llamarada solar

Como problema principal tenemos que, una intensa actividad en nuestro Sol ardiente provoca la acumulación de energía magnética en su atmósfera que en ocasiones es liberada repentina y rápidamente, enviando una llamarada de radiación equivalente a millones de bombas de hidrógeno y energía hasta 10 millones de veces mayor que una erupción volcánica.

Lo que a la Tierra, como astro cercano al Sol, llega no es una onda de calor sino un intenso bombardeo de radiación y partículas cargadas con energía, o neutrinos, que son partículas subatómicas de tipo fermiónico, sin carga y espín ½ (Wikipedia), siendo la atmósfera terrestre la encargada de protegernos de esta terrible radiación a que los mismos astronautas están expuestos y las enormes antenas de instalaciones aeroespaciales pudiesen convertirse en antenas que atraigan la energía bombardeada por estas llamaradas solares causando así gran daño a sus estructuras.

Cables de telecomunicaciones, líneas de alta tensión, tuberías y estructuras similares de longitud considerables pueden hacer el papel de antenas y atraer la energía bombardeada por estas llamaradas solares.

Por lo tanto, es la intención de este informe preliminar dar a conocer los efectos devastadores de una tormenta solar para la humanidad ya que definitivamente seguiremos expuestos a sus radiaciones en los próximos años, haciéndose necesario una información actualizada, veraz y didáctica sobre dicho fenómeno global.

La Tierra como planeta seguirá existiendo, como cuerpo opaco del Sistema Solar pero toda la capa de vida que forma su superficie podría extinguirse por este evento catastrófico que nos amenaza marcando el fin de un ciclo de vida en la historia de nuestro planeta; sin embargo, esto está por verse.

Como justificación de este informe se dice que toda actividad solar en los últimos años está siendo minuciosamente seguida por los expertos a fin de predecir las próximas tormentas solares que podrían acabar con la vida en la Tierra iniciando un nuevo ciclo y con una nueva humanidad luego de tan impresionante desastre global.

Los constantes cambios climáticos en el mundo y en nuestro país, los cambios de temperatura, flora y fauna en una misma temporada, las constantes fallas de sistemas electrónicos satelitales, la posibilidad de que las comunicaciones colapsen en los últimos años a nivel global, prestan principal atención en la realización de esta investigación científica.

Los eventos naturales de gran magnitud como los sismos, inundaciones y en este caso un evento natural externo a nuestro planeta, una tormenta solar o geomagnética, aterran a la humanidad y la pone indefensa, sin embargo hay esperanza para todos nosotros los seres humanos.

¿Qué es una tormenta solar o tormenta geomagnética y cómo puede afectarnos?

Según definiciones de la Aeronáutica Nacional y Administración Espacial, National Aeronautics and Space Administration, por sus siglas en inglés, NASA, se dice que:

Llamarada Solar. Es una rápida liberación de energía de una región específica en el Sol en la forma de radiación electromagnética, partículas energéticas y movimientos de masa.

Radiación Electromagnética. Es una radiación que viaja por el espacio a la velocidad de la luz y se propaga por la interacción de campos eléctricos y magnéticos oscilantes.

Las áreas en el hemisferio Norte son las más susceptibles de verse afectadas dada su cercanía al Polo Norte, el cual tiende a atraer gran parte de la energía que llega a la tierra. De hecho las llamaradas solares causan espectaculares auroras boreales.

Pero con la globalización e intercomunicación de sistemas a nivel mundial y el uso internacional y compartido de satélites y sistemas internacionales, que pudieran verse afectados por estas "tormentas" solares, todos probablemente estamos expuestos a sentir sus efectos o consecuencias en los próximos años.

El incremento en la cantidad de satélites orbitando la tierra y la interconexión de sistemas de distribución de energía eléctrica, telecomunicaciones y transmisión de señales de televisión, radio, video, audio y datos en los cuales la sociedad actual depende para su desenvolvimiento diario crean el escenario para un mayor impacto en nuestras vidas de estas poco conocidas tormentas o llamaradas solares.

Principales efectos y consecuencias de las tormentas solares:


Entre los principales efectos y problemas que pueden causar las llamaradas y tormentas solares se encuentran:

1. Alteración de la órbita de satélites: Las capas superiores de la atmósfera se expanden como consecuencia de su ionización lo cual puede interferir con la órbita de satélites de "baja" altura.

2. Comportamiento errático de equipo electrónico en satélites: Cargas eléctricas pueden acumularse en la superficie de los satélites, provocando falsas señales e iniciando procedimientos correctivos innecesarios. De hecho, esto ya ocurrió con un satélite cuyos motores de impulso comenzaron a activarse, sacándolo de curso.

3. Mala comunicación con satélites: Aún en el caso de los satélites militares y otros equipos más modernos, diseñados para resistir grandes cantidades de radiación y que no se verían dañados por la misma, su transmisión de información a la tierra puede verse afectada en los momentos en que una llamarada o tormenta solar afecte a la Tierra. El uso de modernos componentes cada vez más pequeños hace algunos satélites más susceptibles a la radiación.

4. Servicios de voz, data y video degradados o interrumpidos: Los cada vez más comunes servicios que usan satélites para enviar transmitir datos, voz y video y comunicar sistemas y personas alrededor del globo podrán verse degradados e incluso suspendidos por tormentas y llamaradas solares.

5. Peligro para astronautas y sus instrumentos: Las partículas energéticas aceleradas de las llamaradas solares pueden resultar dañinas para cosmonautas y los instrumentos electrónicos en uso en el espacio, aunque en general estos se encuentran a salvo dentro de sus naves o estaciones espaciales. Pero las misiones de exploración fuera de cabina deberán proporcionar protección y vigilancia para los tripulantes ante las radiaciones solares.

6. Interrupciones del fluido eléctrico en grandes áreas: Los pulsos electromagnéticos pueden sobrecargar los sistemas de energía eléctrica y provocar interrupciones, en particular en grandes sistemas compuestos por la interconexión de múltiples redes de distribución.

7. Interrupción del servicio GPS: Es cada vez mayor en gran parte de las actividades de navegación, exploración y transporte, tanto a nivel civil como militar y en tierra, aire y mar, el uso del Sistema de Posicionamiento Global o GPS para identificar y monitorear automáticamente la posición de un navío, persona o móvil en cualquier punto del globo. Los equipos de GPS dependen en su totalidad de una red de satélites orbitando alrededor de la Tierra, cuyas señales combina para determinar y proporcionar la ubicación exacta donde nos encontramos. Si fallan los satélites, los sistemas de GPS estarán incapacitados de proporcionar información adecuada o asistir en la corrección de rumbo, cálculo de distancias, períodos de travesía y ubicación específica en una zona. Tómese en cuenta que el Sistema GPS es de importancia vital en maniobras militares y operaciones a distancia, las cuales podrán ver su precisión reducida a un margen de error de 10 a 100 metros (según informes militares) o en circunstancias críticas prescindir por completo del servicio.

8. Problemas con radares: Los radares en tierra podrán ver afectado su funcionamiento, debido al "ruido" provocado por las tormentas, dejando sus informaciones carentes de valor o incluso con datos errados.

9. Interrupción de señales de radio: Señales de radio de larga distancia pueden interrumpirse como consecuencia de cambios en la ionosfera terrestre.

10. Dificultades con la televisión por cable y vía satélite: Los problemas arriba mencionados pueden afectar también los satélites de transmisión televisiva, resultando en problemas en la difusión de la programación.

11. Problemas con teléfonos celulares y radios portátiles: Que usan la ionosfera para enviar señales de radio, así como aquellos que dependen de satélites para su comunicación.

Documentación de los efectos de una segunda tormenta solar que llegaron a la Tierra

Una enorme tormenta magnética solar llegó el jueves 10 de marzo de 2011 a la Tierra, un día después de que la anterior golpeara el planeta, un hecho que fue calificado por astrónomos como sin precedentes por la secuencia. Estas son unas de las tantas tormentas solares ya documentadas por los organismos espaciales de observación estadounidenses y rusos.

"Es como si la Tierra estuviese frente a un gigantesco cañón que apunta desde el Sol (...) y que nos hubiera disparado dos andanadas", dijo John Kohl, del Centro para Astrofísica de Harvard-Smithsonian en Massachusetts.

Kohl, el principal investigador de un instrumento situado en el observador solar SOHO de la NASA, dijo que la probabilidad de dos enormes llamaradas dirigidas directamente a la Tierra en tan poco espacio de tiempo era algo "sin precedentes (...) que es como una anomalía estadística".

Dijo que la segunda tormenta solar ocurrida en el presenta año 2011, conocida como una eyección de masa coronal, se desgajó del Sol alrededor de las 2100 GMT del miércoles. Partículas cargadas comenzaron a llegar a la Tierra alrededor de las 1500 GMT del jueves.

Esto fue justo 24 horas después de que la eyección anterior fuera detectada en la Tierra, que llegó alrededor de las 0600 GMT del miércoles.

La segunda andanada del Sol se movía incluso más rápidamente que la primera y algunas partículas de la primera todavía eran detectables mientras llegaban las otras, dijo Kohl en una entrevista telefónica.

Mientras tales tormentas solares no entrañan peligro para los humanos, las partículas cargadas pueden afectar a las redes eléctricas, a los satélites y a otros equipos. También pueden crear espectaculares auroras boreales.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, que tiene a su cargo el centro de aviso de actividades como las solares, dijo que la tormenta del miércoles había originado auroras boreales vistas hasta El Paso, en el estado de Texas.

Las tormentas de rayos X y de radiación solar ocupan el segundo lugar en los fenómenos registrados en los últimos ciclos de 11 años, según los datos de la administración. Datos de ciclos solares se han guardado desde 1775. Actualmente nos encontramos al final del ciclo vigésimo tercero.

La tormenta de partículas geomagnéticas del miércoles midió G5, un nivel extremo, convirtiéndola en una de las tres o cuatro más fuertes registradas en el último ciclo de 11 años. Como contraste, Kohl dijo que la tormenta del jueves era del orden de K8, alta, pero no tan intensa como la previa.

 
Etapas de una tormenta solar:

1ª etapa - Erupción solar: tarda solamente 8 minutos en llegar a la tierra. la radiación electromagnética es capaz de interrumpir las comunicaciones. La erupción solar expande la atmósfera hasta alcanzar las órbitas de los satélites, alterando sus órbitas y provocando su caída a la superficie de la Tierra.

2ª etapa - Tormenta de Radiación: un bombardeo de radiación que puede quemar los circuitos eléctricos y dañar a las personas expuestas; aún cuando la atmósfera y la magnetósfera actúan a modo de escudo para evitar este tipo de efectos.

3ª etapa - Eyección de Masa Coronal (en inglés CME): Esta es la onda más peligrosa ya que, en el caso de estar orientada hacia el sur, daña los satélites, todos los transformadores eléctricos por los que pase electricidad y las comunicaciones en todo el planeta. Si está orientada al norte, rebotará en la magnetosfera.

El caso de una Tormenta solar de 1859 o fulguración de Carrington

Revisando los posibles casos de tormentas solares ocurridas se encontró que en el año 1859 se produjo una gran fulguración solar. La tormenta solar de 1859 fue la más potente registrada en la historia. A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaban al sur hasta el Caribe. El pico de intensidad fue el 1 y 2 de septiembre, y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Parece que este tipo de situaciones sólo se produce cada 500 años aproximadamente, según los estudios de muestras de hielo. Parece que los primeros indicios de este incidente se detectaron a partir del 28 de agosto de 1859 cuando por toda Norte América se vieron auroras boreales. Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del zenit. En aquella época los cables del telégrafo, invento que había empezado a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, sufrieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos incendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawai, entre otras. En las Islas Baleares encontramos una referencia en el "Diario de Menorca", año 2 número 237 del 4 de septiembre de 1859.

A veces, se habla de la fulguración de Carrington debido a que este científico hacía unos bocetos de un grupo de manchas solares el jueves primero de septiembre debido a la dimensión de las regiones oscuras, cuando, a las 11:18, se dio cuenta de un intenso estallido de luz blanca que parecía salir de dos puntos del grupo de manchas. Quiso compartir el espectáculo con alguien pero no había nadie más en el observatorio. Diecisiete horas más tarde una segunda oleada de auroras boreales convirtió la noche en día en toda Norte América hasta Panamá. Algunos ejemplos ilustran la magnitud de este hecho: se podía leer el periódico bajo la luz entre roja y verdosa de las auroras, mientras que los mineros de oro de las Montañas Rocosas se levantaron y merendaron de madrugada, creían que el Sol salía detrás una cortina de nubes! A la sazón había muy pocos aparatos eléctricos, pero los pocos que había dejaron de funcionar, por ejemplo, los sistemas telegráficos dejaron de funcionar en Europa y Norte América.

Si la *tormenta de Carrington no tuvo consecuencias brutales fue debido a que nuestra civilización tecnológica todavía estaba en sus inicios: si se diese hoy los satélites artificiales dejarían de funcionar, las comunicaciones de radio se interrumpirían y los apagones eléctricos tendrían proporciones continentales y los servicios quedarían interrumpidos durante semanas. Según los registros obtenidos de las muestras de hielo una fulguración solar de esta magnitud no se ha producido en los últimos 500 años, aunque se producen tormentas solares relativamente fuertes cada cincuenta años, la última el 13 de noviembre de 1960.

Cuando un gramo de hidrógeno se transforma por fusión nuclear en 0,93 gramos de helio, se liberan 50.000 kWh de energía. Esta energía se transmite primero por radiación dentro de una capa esférica —zona radiante— de 500.000 km de grueso y después se transmite por convección a través de otra capa esférica de 200.000 km—zona convectiva. Esta capa de convección es como un líquido en ebullición: por esto el Sol presenta con fuerte ampliación óptica una superficie granulada correspondiente a la cumbre de las células convectivas. La estructura granulada cambia de forma rápidamente (como cambia la superficie del agua hirviendo) y una unidad de la granulación se ve aparecer y desaparecer en diez o quince minutos. Con estas dos clases de transporte, la energía producida al núcleo solar ya puede escapar del Sol y radiar en todas direcciones.

La mayoría de estas tormentas solares producen auroras boreales en las regiones árticas que comparadas con los fenómenos meteorológicos parecerían un pequeño aguacero, pero a veces, el Sol larga un auténtico vendaval.

Nadie vivo hoy ha experimentado una tormenta de estas proporciones, pero Kenneth G. McCracken de la Universidad de Maryland descubrió en los núcleos de muestras de hielo de la Antártida y Groenlandia aumentos bruscos de nitratos, que ya se conocía que correspondían a intensas ráfagas de viento solar. La anomalía de nitratos de 1859 es la mayor en 500 años y equivale a la suma de episodios más importantes en los últimos 40 años.

La próxima tormenta solar


Una tormenta solar de esta magnitud tendría graves consecuencias para la civilización actual. Los rayos cósmicos erosionan los paneles solares de los satélites artificiales y reducen su capacidad para generar electricidad. Muchos satélites de comunicaciones, por ejemplo la ANIK E1 y la E2 en 1994 y Telstar 401 de 1997 han resultado dañados por este motivo. Un caso un poco diferente se debe a la expansión de la atmósfera por los rayos X que produjo daños al Asko japonés el 14 de julio de 2000.

Los satélites artificiales han sido diseñados específicamente para evitar las calamidades del clima espacial, pero las redes eléctricas son incluso más frágiles. Los grandes transformadores están conectados a tierra y, por tanto, pueden ser susceptibles de ser dañados por las corrientes continuas inducidas por las perturbaciones geomagnéticas y aunque los transformadores evitasen la destrucción de los núcleos magnéticos se podrían cargar durante la mitad del ciclo de corriente alterna, lo que distorsionaría la forma de las ondas de 50 o 60 Hertz.

En el año 1859, el invento del telégrafo se había producido 15 años atrás y la infraestructura eléctrica estaba realmente en su infancia. La tormenta solar de 1994 causó errores en dos satélites de comunicaciones, afectando a los periódicos, las redes de televisión y el servicio de radio en Canadá. Otras tormentas han afectado sistemas desde servicios móviles y señales de TV hasta sistemas GPS y redes de electricidad. En marzo de 1989, una tormenta solar mucho menos intensa que la perfecta tormenta espacial de 1859, provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá) se detuviera durante más de nueve horas; los daños y la pérdida de ingresos resultante se estiman en cientos de millones de dólares.

Como señala una página web de la Universidad George Washington "la meteorología espacial, que es el resultado de los rayos X y de partículas de alta energía del Sol que interactúan de manera compleja con la Tierra, atmósfera y campo magnético, a menudo afectan a los modernos sistemas tecnológicos negativamente (por ejemplo, satélites, la red eléctrica, la radio), causando pérdidas económicas y sociales en las latitudes altas de la Tierra, como el norte de Estados Unidos, Canadá, Escandinavia y Rusia, que están en particular riesgo porque los campos magnéticos convergen en estas regiones ".

La NASA anuncia que una tempestad solar puede causar un desastre en 2012

Un reciente informe (un dossier de 145 páginas) realizado para la NASA y la ESA a través de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. corrobora las apocalípticas predicciones para el año 2012. El informe dice que se espera para el 2012 una tormenta solar que dará al traste con todos los sistemas vivos en la Tierra. Es la primera vez que algunos de los científicos de la NASA están empezando a creer las profecías de los mayas y los indios hopi. Estas personas predijeron el final de la Quinta Era (actual) con una gran tragedia cósmica. Y la NASA dijo en lo publicado por la Academia Nacional de Ciencias, que es un motivo de preocupación lo que estamos publicando a continuación. En este número se habla explícitamente de los riesgos potenciales de una serie de eventos catastróficos que se sucederán a lo largo de 2012. Estos eventos se caracterizan por el bombardeo de tormentas solares reales y por enjambres de un asteroide.

Esto es lo que llevo a la idea de recoger semillas que se mantienen en la isla de Svalbard, ¿No se han percatado de ello? El túnel que fue construido hasta Svalbard está situado a medio camino entre Noruega y el Polo Norte, y tiene la capacidad de contener 4,5 millones de diferentes muestras de semillas. Ya que cada muestra contiene 500 semillas de promedio, alrededor de 2,25 millones de semillas pueden ser contenidas. Están situadas en la región ártica de almacenamiento para el caso de una futura catástrofe que podría eliminar los cultivos alimentarios. La posición ha sido cuidadosamente escogida después de realizar una consulta a varios científicos, con la finalidad de ofrecer la máxima protección a las semillas. Se ha construido un túnel subterráneo de 120 metros dentro de una montaña, y a una altura de 130 metros sobre el nivel del mar, en el permafrost, a fin de que las muestras permanezcan congeladas, incluso sin electricidad, como nos comentó el astrofísico experto en amenazas del espacio Jacco Van der Worp y Marshall Masters experto en materia rocosa espacial y la crisis climática de 2012.

  

"En 2012 existe la amenaza de la reaparición de un poderoso fenómeno magnético que traerá como consecuencia la perdida de las comunicaciones en todo el globo terrestre." comenta Marshall. La noticia pone los pelos de punta, en primer lugar, se perderá toda comunicación, olvidense de la red (por supuesto inalambrica), por teléfono, a través de bluetooth, a través de satélite. Las alarmantes consecuencias del escenario pintado por la NASA en 2012 ponen en peligro, de hecho, la vida cotidiana de todos y, la seguridad nacional de cualquier país, incluso con un mínimo sistema de telecomunicaciones. Esta situación se producirá en la denominada "fase activa", que atraviesa el Sol cada 11 años, durante este período, nuestra estrella puede generar tormentas magnéticas más o menos potentes, capaces, según la mayor o menor intensidad, dejar fuera de uso los satélites, es también una amenaza para la seguridad de los astronautas o, en casos excepcionales como el previsto para 2012, representar la destrucción de los sistemas de telecomunicaciones y de distribución de energía. Cuando estos sistemas caigan y hagan saltar en cascada otros secundarios rápidamente, traerá consecuencias muy graves: "El impacto de la tormenta podrían caer sobre las estructuras interconectadas, con efectos devastadores: la distribución del agua potable se hará del todo imposible en pocas horas, se perderan los alimentos que se encuentren en camaras en el espacio comprendido entre 12 y 24 horas, los meios de transporte también se verán afectados", preve Jacco. Pero lo que es peor, escribe el equipo dirigido por Daniel Baker, director del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado, es que "los servicios de emergencia podría ser interrumpido y el control sobre el país perdido". La única forma de minimizar los problemas es mantener una observación permanente del Sol, vigilar y estudiar con detalle las tormentas magnéticas, y de intervenir a nivel tecnológico para fortalecer las infraestructuras relativas a las comunicaciones. "Un fallo catastrófico de la infraestructura y del gobierno, tanto en el espacio como en la Tierra, puede ser mitigado por el aumento de la preparación de la gente sobre estos temas, el fortalecimiento de las estructuras en desarrollo vulnerables en previsión de las tormentas solares", comenta Baker concluyendo la investigación, "Sin acción o sin planes de prevención, la mayor dependencia de tecnología avanzada, pero sensible a los fenómenos del espacio puede hacer nuestra sociedad muy vulnerable en el futuro y enviarnos a la edad media". Leer el informe especial que en estos días y en las manos de la NASA y la ESA.

Los científicos alertan de la posibilidad de una tormenta solar «catastrófica».

El fenómeno tiene la potencia necesaria para acabar, de un solo golpe, con la tecnología del mundo moderno.

Los expertos están, esta vez, todos de acuerdo. Una tormenta geomagnética como la que se produjo en la Tierra el pasado año no es un fenómeno aislado. Y a pesar de que la que nos golpeó la semana pasada, hasta ahora la más potente del actual ciclo solar, no tuvo mayores consecuencias, en futuras ocasiones podríamos no tener tanta suerte. Un fenómeno similar, en efecto, tiene la potencia necesaria para acabar, de un solo golpe, con la sociedad tecnológica del mundo moderno.

Una tormenta solar lo suficientemente fuerte, en efecto, podría desestabilizar, incluso de forma catastrófica, una buena parte de nuestra tecnología. El mundo moderno, afirmaron el sábado diversos especialistas durante la reunión de la Sociedad Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS), depende en exceso de la red de satélites. Navegación marítima y aérea, sincronización entre computadoras, redes de telecomunicaciones, sistemas GPS, aparatos electrónicos de todo tipo... Tecnologías, todas ellas, extremadamente vulnerables a los "cambios de tiempo" espacial.

Las consecuencias serían nefastas, en caso de una gran tormenta solar, para la red de satélites que orbitan la Tierra, muchos de los cuales quedarían literalmente "achicharrados", pero también para las centrales eléctricas de todo el mundo, cuyos transformadores quedarían inutilizados provocando cortes en el suministro de electricidad que podrían durar semanas, e incluso meses.

El problema es la dependencia sobre el Sistema de Posicionamiento Global, GPS

El problema radica en que la raíz de la vulnerabilidad del mundo moderno radica en su dependencia de los sistemas de posicionamiento global, o GPS, sin los que ya no sería posible la navegación marítima y aérea, ni la sincronización de las redes informáticas y los equipos electrónicos, según declaró el director del Centro Conjunto de Investigación de la Comisión Europea, Stephan Lechner.

"El GPS nos ha ayudado, aseguró Lechner, pero también nos creó una nueva dependencia" que se extiende desde el sector aeroespacial a la producción digital de radio y TV, a los servicios financieros y a las agencias gubernamentales. Sólo en Europa, afirmó, existen 200 operadores de telecomunicaciones y "ninguno de ellos está estandarizado".

Juha-Pekka Luntama, de la Agencia Espacial Europea, afirmó que no podemos decir si habrá una gran tormenta en los próximos seis meses, pero sí podemos decir que se dan todas las condiciones para que esa tormenta se produzca".

Conclusión

Finalmente se dice que, ante la actual imposibilidad de prevenir una tormenta solar capaz de provocar una catástrofe global y posible extinción de la humanidad, no siendo menos importante la ocurrida el 7 de junio del año 2011, los gobiernos del mundo deberían elaborar estrategias de cooperación que les permitieran compartir toda su información vital, anticipándose así a los daños locales que esa tormenta podría provocar. Por desgracia, y a pesar del despliegue actual de medios, seguimos sin saber cuándo esa tormenta devastadora podría llegar a producirse, aunque se sospecha de que en la actualidad los organismos encargados de la observación del Sol ya saben que una próxima Tormenta Solar determinante ocurrirá en los próximos meses poniendo en peligro la vida sobre nuestro planeta Tierra como ciclo natural del astro rey; por lo cual, la dependencia actual de nuestras telecomunicaciones de satélites artificiales que gobiernan la vida humana debe ser minimizada y crear otras formas de energía.

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