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11/28/2012

Secretos bajo la Antartica


La Tierra no guardó siempre la configuración actual de sus continentes y su conocido eje de 23.5 grados en relación a la eclíptica. Como sabemos, hubo muchos cambios en su historia, algunos de ellos tan violentos que llegaron a convertir viejas zonas tropicales en mantos de perpetuos hielos. En la actualidad, por ejemplo, es un hecho harto conocido que el desierto de Sahara era un mar y que en el Polo Sur no había hielo. En todo el mundo se produjo un drástico cambio climático que no fue lento, tal como afirma la ciencia, sino relativamente rápido ¾quizá súbito¾ como consecuencia del llamado “impacto-diluvio”.

Restos fósiles de palmeras en Canadá, árboles con sus frutos intactos y bosques completos congelados bajo la sólida capa de hielo del Polo Sur, son ejemplos de un grave y posiblemente “sorpresivo” cambio en la historia terrestre. 

Este cambio, habría sido producido por el impacto de uno o más cuerpos celestes en nuestro planeta, como ocurrió en la Era Secundaria. La última noticia de choques cósmicos en la Tierra, nos remonta a sólo unos 12.000/13.000 años atrás, cuando dos fragmentos de un planeta desaparecido entre las órbitas de Marte y Júpiter ¾donde actualmente se encuentra el famoso cinturón de asteroides¾ se precipitaron a nuestro planeta, generando con ello una suerte de “diluvio universal”, que bien podría explicar la famosa destrucción de la Atlántida en “un solo día”, tal como afirmara Platón en sus Diálogos. 

Otras teorías hablan también de un “cambio climático extremo” debido a cambios importantes en el Sol por a una radiación del centro galáctico que ocurre cíclicamente. Según el astrofísico Paul Laviolette, ello sucedió hace 13.000 años y podría repetirse en 2012, situación que evoca el fantasma de las mal entendidas profecías mayas. Sea lo que haya sucedido aquel gran cambio climático supuso el fin de la Era de los Mamuts, por la súbita congelación de Siberia y las zonas occidentales de Alaska en el hemisferio norte, así como de la Antártida, el tema que ahora nos ocupa, en el hemisferio sur. Por ejemplo, el historiador griego Heródoto (490-425 a.C.) refiere en el segundo libro de su Historia conversaciones que mantuvo con sacerdotes egipcios durante su visita al país del Nilo. 

Los sacerdotes le informaron sobre 341 generaciones de reyes y le contaron que en “ese tiempo” el Sol había salido cuatro veces por el lado equivocado... Dos veces el Sol describió en el cielo la trayectoria que no es habitual y otras dos veces se puso donde ahora sale (?). En los siglos precedentes, este escrito de Heródoto ha sido objeto de gran controversia. Si se presupone una rotación y una órbita invariable de la Tierra a lo largo de toda su historia, algunos escritos antiguos no pueden interpretarse. 

¿Vivimos un cambio físico de eje en tiempos más cercanos a lo que suponíamos?


Los textos egipcios afirman de manera repetida y contundente que “el sur se convierte en el norte y que la Tierra se inclina hacia adelante” o que las estrellas ya no vivían en el oeste sino que aparecían en el este. Asimismo, los egipcios conocían varios nombres para el Sol oriental y el Sol occidental. Insisto: ¿Son estas descripciones sólo indicios de un intenso movimiento rotatorio a modo de peonza o describen incluso las múltiples inclinaciones que sufrió la Tierra?

Una leyenda dice que bajo sus hielos yacen las ruinas de una cuidad antigua, quizás más antigua y avanzada que la misma Sumeria se atreven algunos a decir, cuyo nombre era Kayona o "Kaoma". Este enigma, se dice,  fue suficiente para motivar a Hitler a enviar ambiciosas expediciones en busca de esos secretos. ¿Por qué la Alemania Nazi buscaba el Grial en America del Sur y, concretamente, en la Antártida? ¿Sabían acaso de las ruinas de Kayona?


Se dice que a partir de 1936 la Alemania Nazi desarrolló inclusive prototipos de aeronaves que desafiaban las leyes de gravedad, vehículos llamados “Hannebu” (prototipos I y II respectivamente), y que habrían sido ocultos en una base secreta en la mismísima Antártida en 1944, poco antes de culminar la conflagración mundial. Esta base secreta habría sido llamada Berlín II o sencillamente “La Nueva Berlín”. Supuestamente, Hitler murió en realidad allí. Como para pensar en todo esto, en 1947 la Marina de los EE.UU. lanza la operación militar más grande de aquellos tiempos en la Antártida bajo el comando del Almirante Richard E. Byrd. La operación militar, denominada “High Jump” (Gran Salto) incluyó 13 naves, 1 portaviones, 2 hidroaviones, 6 transportes bimotores y más de 4.000 hombres. 

La única declaración oficial sobre el propósito de este extraño despliegue de fuerzas era la necesidad de probar “nuevo material bélico bajo condiciones antárticas extremas”. ¿Iban en busca de los últimos bastiones Nazis? Es difícil precisar ante qué nos encontramos. 

A  continuación un excelente documental Ruso que desmiente el bulo de la "Tierra Hueca" y nos plantea el posible uso de los polos de la tierra como  agujeros de gusano para naves extraterrestres y que dicho secreto fue descubierto por los Nazis a través de su gran obsesión por el estudio de lo 'oculto' y místico de las civilizaciones antiguas, en las cuales a través de los tiempos han quedado plasmados dibujos y registros de lo que hoy en día conocemos por objetos voladores no identificados... 

4 comments:

Anónimo dijo...

La explicacio mas logica es que los polos de la tierra sirven como "carreteras" a extrterrestres y esto USA y otros lo saben por eso la antartida es un secreto que no debe ser divulgado a las masas.

Anónimo dijo...

Hola Como Estas Si Te Interesa Este Tema Formemos Una Sociedad Secreta... ¿Te Apetece?

Anónimo dijo...

Hola Como Estas Si Te interesa Este Tema Formemos Una Sociedad Secreta... ¿Te Apetece? Si Lo Aceptas Envíame Una Respuesta y Borremos Todo El Registro De Esto

Anónimo dijo...

Si, montemos orgias intergalacticas y follemos niños negros

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