Merece la pena deterse a leer
esta exposición de los origenes del ser
humano moderno, las plantas y animales domésticos. Pese a que la traducción
falla en algunos puntos, la idea general queda bastante clara. Una mente
despierta y crítica, seguramente, exclamará…¡es verdad!…y ¿cómo no me habia
dado cuenta antes?. Aunque ni mucho menos debería tomarse lo que aquí se va a
exponer como dogma, y ni siquiera el autor parece tener ese interés.
Personalmente, me agrada que alguien coja teorías establecidas y las desarme
con razonamientos sólidos, o al menos…¡de sentido común!. Éste es el caso.
Espero que os haga pensar, sólo pensar, porque a veces lo que asumimos como
dogmas de fé científicos se desmontan con cierta facilidad. El problema es que
nuestro estilo de vida, educación, sociedad, etc, no permite ésto precisamente.
Repito, espero que os haga pensar.
Texto íntegro obtenido del libro
Todo lo que Usted Sabe Está Equivocado; Libro Uno: Los Orígenes humanos, del
autor norteamericano Lloyd Pye. 2003
“LAS IRRACIONALIDADES DEL DOGMA"
En 1905, un ingenioso oficinista
de 25 años de edad llamado Albert Einstein demolió la certeza de 200 años de
que Isaac Newton supo todo lo que había que saber sobre la física básica. En un
trabajo de investigación técnico de sólo unas páginas de largo, Einstein envió
una gran parte de su “realidad” actual al tarro de la basura de la historia
dónde encontró buena compañía con los miles de otros pequeños y grandes
desechos. Sin embargo, en 1905 el
desecho de Newton era tan grande como el basurero podía abarcar.
Ahora otra gran vieja “certeza”
flota por encima del tarro de la basura de la historia, y parece sólo un asunto
de tiempo antes de que algún nuevo Einstein escriba las pocas (o muchas)
páginas que la derrumbarán y la relegarán a la historia. Y, como era el caso en
1905, cada “experto” en el mundo ríe sinceramente con cualquier sugerencia de
que su certeza podría ser golpeada. Más aún, si los hechos son como cualquier
vara de medir–lo cual siempre debería ser el caso, pero frecuentemente no lo es
— la teoría de la evolución por la selección natural de Charles Darwin está
moviéndose hacia la extinción.
Por favor note esto: no todos los
que desafían la evolución son automáticamente Creacionistas. Los Darwinistas
aman alquitranar a todos los antagonistas con ese pincel porque mucho del dogma
de los Creacionistas es absurdo. Los Creacionistas se excluyen testarudamente
de una consideración seria negándose a dejar partes fatalmente agrietadas de su
argumento, como la interpretación literal de “seis días de creación”. Por
supuesto, algunos han intentado tomar una posición más razonable, pero aquellos
pocos no puede ser oídos por encima del enfurecimiento de los muchos que se
niegan.
Recientemente un nuevo grupo ha
entrado en la riña, mucho mejor educados que los típicos Creacionistas. Este
grupo ha inventado una teoría llamada
“Plan Inteligente” que tiene una riqueza de hechos científicamente
establecidos a su lado. Sin embargo, los defensores del PI abandonan sus raíces
Creacionistas insistiendo que porque la vida a su nivel mas básico es tan
increíble e irreduciblemente compleja, nunca podría simplemente haberse
“transformado en ser” como los Darwinistas insisten.
Realmente, el dogma de que “la
vida se congregó de algún modo a si misma mas allá de moléculas orgánicas” es
completamente tan absurdo como el dogma de que “todo se creó en seis días”, el
cual los defensores del PI entienden y explotan. Pero ellos también sugieren
que todo vino a la existencia en las manos de Dios (o por el nombre que sea
conocido) o “por medio de intervención extraterrestre”, que deja claro a lo que
están apostando. “Intervención Extraterrestre” es un transparente eufemismo
para “Usted Sabe Quien” (con las disculpas de J. K. Rowling). [En los libros de
"Harry Potter" de Rowling, el astuto bribón es tan despreciable y
terrible, que su nombre ni siquiera debe proferirse; así a él se refiere como
"Usted Sabe Quién". Semejantemente, la misma idea de que los humanos
podrían haber sido creados por extraterrestres es tan despreciable y
terrible para la corriente principal de
la ciencia y de la religión que ninguna mención de él debe proferirse; así el
autor se refiere a él como "Usted Sabe Quien". Ed.] Para los
Darwinistas, los Creacionistas y los defensores del PI por igual, la creación
en las manos de Usted Sabe Que es la sugerencia más absurda de todas. Sin
embargo puede mostrarse que Usted Sabe Quien tiene la más amplia serie de
hechos a su lado y tiene la mejor oportunidad de ser probada como correcta finalmente.
Virtualmente cada científico que
valora su doctorado insistirá que de algún modo, de alguna manera, una forma de
evolución está en el corazón de todas las formas de vida y procesos en la
Tierra. Por “evolución”, ellos quieren decir la colección entera de posibles
interpretaciones que podrían explicar cómo, por sobre los inmensas extensiones
del tiempo, simples organismos pueden y realmente se transforman en organismos
más complejos. Esa amplia definición da a los científicos una gran oportunidad
para manipular y tejer a su manera la verdad sobre la evolución que
ostensiblemente es su meta. Sin embargo, individualmente entre los científicos,
aquella misma extensión de medios, significa que nadie tiene una “cerradura”
sobre la verdad, lo cual los ha llevado a una agotada serie de destructivas
disputas.
En el caso de Darwin, esas
disputas fueron inicialmente disminuidas. Correcta o incorrectamente, su teoría
sirvió a un propósito mucho más elevado que simplemente desafiar la manera en
que la ciencia pensaba sobre los procesos de la vida. Proporcionó algo que cada
científico desesperadamente necesitaba: una fuerte contraparte para el torrente
intelectual sin sentido que se vierte de los púlpitos en cada iglesia, sinagoga
y mezquita en el mundo.
Subsecuentemente antes de que
Charles Darwin naciera, los hombres de ciencia sabían completamente bien que
Dios no creó la Tierra y alguna otra cosa en el universo en literales seis
días. Pero para afirmar aquello, públicamente se incito el mismo tipo de censura
que hoy hace erupción sobre cualquiera que se atreva a desafiar la evolución
abiertamente. El dogma es el dogma en cualquier generación.
La luna de miel de Darwin con sus
pares científicos fue relativamente corta. Sólo duró lo que ellos necesitaron
para entender que todo lo que él realmente había proporcionado era el contorno
de un bosque de una idea, uno que sólo en amplias condiciones parecía
considerarse para la estupendamente amplia serie de la vida. A su bosque le
faltaron bastantes árboles verificables. Aun así, una vez que el muy manipulado
concepto se cristalizó como “selección natural”, el término “supervivencia del
más apto” se acuño para explicarlo a los hombres comunes. Cuando la mayoría del
público se convenció de que la evolución era una alternativa legítima para el
Creacionismo, los guantes científicos se bajaron. El combate llego a ser
extendido con respecto a los árboles que constituyeron el bosque de Darwin.
Con el tiempo, los científicos
analizaron el original bosque de Darwin en árboles más diferentes de lo que él
podría haber imaginado alguna vez. Ese
análisis ha sido amplio y profundo, y ha llevado innumerables árboles a las
manos de los científicos mismos. Pero a pesar del tal enrarecimiento, el bosque
permanece derecho e intacto. De algún modo, de alguna manera, hay una fuerza
completamente natural en trabajo que gobierna todos los aspectos del flujo y
cambio de la vida en la Tierra. Ésa es el mantra científico, que se entona
religiosamente para oponerse a cada Creacionista –y ahora al Plan
Inteligente–desafiando a uno o más de los podridos árboles que frecuentemente
se transforman en obvios.
Incluso Darwin comprendió que los
datos de su era no proporcionaron la evidencia bien definida de que su teoría
era correcta. Principalmente preocupante era la ausencia de “especies de
transición” en el registro fósil. Aquéllas eran necesarios para demostrar que,
por encima de inmensas cantidades de tiempo, las especies realmente se
transformaron gradualmente en otras especies: especies más “elevadas”.
Así directamente de la cascada,
la teoría de evolución estaba a la defensiva con respecto a una de sus piedras
angulares, y más de 140 años después aún no hay todavía ninguna especie de
transición claramente bien definida en el registro fósil.
Porque ésta es la parte más
vulnerable de la teoría de Darwin, los Creacionistas la atacan implacablemente,
lo cual ha obligado de forma periódica a los científicos a que pongan una serie
de candidatos por delante para intentar quitarse el implacable calor.
Desgraciadamente para ellos, en cada caso, se ha demostrado que esos “eslabones
perdidos” son sinceras imitaciones y fraudes. Un excelente ejemplo se encuentra
en los Iconos de la Evolución de Jonathan Wells (Regnery, 2000). Pero los
científicos no se detienen ante tal exposición de sus embustes. Ellos se
sienten justificados porque, insisten, no ha pasado suficiente tiempo como para
que puedan encontrar lo que necesitan en un registro fósil groseramente
incompleto.
La verdad es que algunas extensas
líneas temporales fósiles están perdidas, pero muchas más se consideran bien
registradas. Aquéllas se han examinado completamente en los pasados más de 140
años, sin efecto. En cualquier otra ocupación, un viaje de 140 años de duración
por un callejón sin salida indicaría que se ha tomado una decisión errónea.
Pero no para los científicos. Ellos continúan alegremente hacia adelante,
convencidos de la absoluta rectitud de su misión y seguros de que su legendario
eslabón perdido se encontrará bajo la próxima piedra que volcarán. Más pronto o
más tarde, creen ellos, uno de sus miembros lo descubrirá, así es como todos
ellos trabajaran en un armonioso concierto hacia esa meta en común. Sin
embargo, individualmente para si mismos son cada hombre y cada mujer.
DOS COSAS QUE SE DIFERENCIAN SOLO
DE NOMBRE
Las plantas y animales
evolucionan, ¿ah?. Bien, ¿Cómo evolucionan ellos?
Por cambios graduales pero
constantes, influenciados por las presiones adaptables en su medioambiente que
causa modificaciones físicas que persisten si ellos son aventajados.
¿Puede especificar el tipo de cambio gradual
al que usted se refiere?
En cualquier población de plantas
o animales, con el tiempo, las mutaciones genéticas aleatorias ocurrirán. La
mayoría será perjudicial, algunas tendrán un efecto neutro y algunas conferirán
una ventaja selectiva, sin embargo podría parecer como pequeña o aparentemente
inconsecuente.
¿Realmente? ¿Pero la población
global no tendría una reserva bastante profunda de genes para absorber y diluir
incluso un gran cambio? ¿Un pequeño cambio no desaparecería rápidamente?
Bueno, sí, probablemente
desaparecería. Pero no en un segmento aislado de la población global. Un grupo
aislado tendría una reserva mucho menos profunda, así que las mutaciones
positivas mantendrían una oportunidad mucho mejor para establecer un lugar
permanente en aquel grupo.
¿Realmente? ¿Qué pasa si esa
mutación positiva se establece en el grupo aislado, entonces de algún modo el
grupo aislado vuelve a juntarse con la población global? ¡Poof! La mutación se
absorberá y desaparecerá.
Bueno, quizás. Así que
asegurémonos de que la población aislada no puede volver con el grupo principal
hasta que el mestizaje ya no sea posible.
¿Cómo harías eso?
Pon una cordillera entre ellos,
algo imposible de cruzar.
Si es imposible cruzar, en primer
lugar, ¿Cómo entró allí el grupo aislado?
Si usted está preguntándome sólo
cuan aislado es “aislado”, permítame preguntarle algo. ¿Sobre qué tipo de
mutaciones estaba hablando que fueron absorbidas?
Los pequeños cambios,
completamente fortuitos en los pares de la base al nivel del gen.
¿Realmente? ¿Por qué no al nivel
del cromosoma? ¿No sería un cambio a nivel del par base completamente pequeño
como para crear cualquier cambio significante? ¿Una mutación no tendría que
estar casi al nivel del cromosoma para ser notable?
¿Quién dice? El cambio a ese
nivel probablemente sería demasiado, algo que el organismo no podría tolerar.
Quizá nosotros estamos poniendo
demasiado énfasis en las mutaciones.
¡Cierto! ¿Qué hay acerca de las
presiones medioambientales? ¿Qué sucede si repentinamente una especie se
encontrara a si misma teniendo que sobrevivir en un ambiente significativamente
cambiado?
¿Uno dónde sus miembros deben
adaptarse a las nuevas circunstancias o morir?
¡Exactamente! ¿Cómo se
adaptarían? ¿Podrían intentar ellos mismos simplemente hacer crecer una piel
más gruesa o unos músculos más fuertes o un tamaño más grande?
Eso parece como que las
mutaciones tienen que jugar un rol.
Las mutaciones, ¿eh? Esta bien,
¿como juegan un rol?
Este juego intelectual de dar
estocadas y parar continuar constantemente en los niveles de minuciosidad que
hacen titubear a una mente promedio. Los Darwinistas tradicionales son
aventajados por el neo-Darwinistas en cada giro. Los evolucionistas del quántum
(pequeña cantidad de energía electromagnética) reforman el trabajo de aquéllos
que apoyan la teoría de los aislamientos periféricos. Los matemáticos modelan
tasas de mutación y de fuerzas selectivas en las cuales los biólogos no
confían. Los genetistas tienen un pequeño uso para los paleontólogos, los
cuales devuelven el favor con grandes cantidades de picotazos. Los
Cito-genetistas trabajan para encontrar un nicho junto a la apropiada genética.
Los genetistas poblacionales utilizan modelos matemáticos que desafían a los
paleontólogos y a los sistemistas. Los biólogos sociales y los psicólogos
evolutivos se esfuerzan para crear un espacio para sus ideas. Todos realizan un
baile cerebral de elegante forma y exquisita simetría.
Irónicamente, su baile es un
inmenso escrito sobre la evolución a través de la ciencia como un proceso.
Nuevos pedazos de información se ponen delante de un grupo semejante. Los
nuevos datos se discuten, se escribe sobre ellos, se critican, se escribe de
nuevo sobre ellos, se critican un poco más. Esto es gradualismo en el trabajo,
formando, reformando y reformando de
nuevo si es necesario hasta que los nuevos datos puedan encajar cómodamente en
el paradigma actual en cualquier campo, cualquier cosa que sea. Esto es
necesario para hacerlo ajustarse tan estrechamente como sea posible a la actual
manera de pensar de cada científico interesado. Hacerlo de cualquier otra
manera es promover el puntual rechazo bajo una descarga de desgastadas
críticas.
Este sistema de agudísima
“revisión semejante” es cómo siempre se han mantenido en línea a pensadores
independientes entre los científicos. Darwin era un forastero hasta que se unió
al club por un esplendor puro y predominante. El oficinista Einstein hizo lo
mismo. Por otro lado, Alfred Wegener era el meteorólogo alemán que dedujo la
tectónica de las placas en 1915. Y porque se atrevió a machucar los egos de las
“autoridades” más allá de su propio campo, vio a su brillante descubrimiento
enterrado bajo rencorosa crítica que lo sujetó durante 50 años. Cada científico
en el juego sabe cómo se juega y muy pocos se atreven a desafiar sus reglas.
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