A unos 190 km al noroeste de Las
Vegas, en el desierto de Nevada, los mapas oficiales se quedan en blanco. Es
una zona con caminos, arroyos, montañas, edificios, y una pista de 9,5 km, pero
sobre el papel no existe. Es como si hubiese cesado toda actividad humana en un
área tan grande como Suiza.
El acceso está totalmente
prohibido. Los carteles advierten: "Está autorizado el uso de armas
letales". Su espacio aéreo es el más inviolable de Estados Unidos. Se
trata del Polígono de Tiro y de Pruebas Nucleares de Nellis, llamado comúnmente
Área 51.
¿Tecnología Alienígena?
Fundada en 1954 como una base
secreta donde la Lockheed Aircraft Corporation pudiese desarrollar aviones
espía para la CIA, el Área 51 sigue siendo la sede de algunos de los proyectos
más revolucionarios de EE UU. Allí se probó el bombardero "stealth"
Northrop B-2 , además de una serie de aviones nada convencionales. Siempre ha
sido objeto del máximo secreto -las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF) no
admitieron su existencia hasta 1994-, ya que representa lo último en tecnología
militar. El único problema, según algunos investigadores, es que ni la
tecnología ni las técnicas son estadounidenses: provienen del espacio exterior.
Desde que se estableció el Área
51 varias personas declararon haber visto objetos extraños sobrevolando su
espacio aéreo, pero las autoridades negaron los hechos. Sin embargo, uno de sus
propios hombres declaró que por los cielos del Área 51 no sólo circulaban
ovnis, sino que la USAF utilizaba activamente tecnología alienígena.
Robert "Bob" Lazar, que
trabajó cinco meses en la base a partir de diciembre de 1988, hizo unas
manifestaciones por televisión en mayo de 1989. Identificado como
"Dennis" -su silueta aparecía a contraluz y su voz fue distorsionada
electrónicamente- reveló que el Gobierno de EE UU estaba investigando nueve
platillos voladores e intentaba adaptar la tecnología alienígena a sus propios
fines. Añadió que tanto él como su mujer habían recibido varias amenazas de
muerte.
En noviembre, decidió aparecer
públicamente para evitar mayores riesgos. Describió un lugar secreto, conocido
como S-4, cercano al lago Papoose, en el interior del Área 51, donde se
guardaban las naves alienígenas. Explicó que él formaba parte de un equipo de
22 ingenieros contratados para investigar los sistemas de propulsión de los
platillos.
En el Interior del S-4
Según Lazar, el S-4 era un enorme
complejo subterráneo que ocupaba toda una cordillera montañosa. Al principio,
pensó que estaba trabajando con tecnología altamente sofisticada creada por el
hombre, pero cuando entró en uno de los platillos se convenció de que era de
otro mundo porque tanto su forma como sus dimensiones no parecían haber sido
concebidas por humanos.
No tenía junturas aparentes, nada
de soldaduras, ni pernos o remaches -dijo Lazar. Los bordes de todos los
elementos eran redondos y suaves, como si estuviesen hechos con cera caliente
sometida a un rápido proceso de enfriamiento. Según el testimonio, había
troneras, arcos y delgadas sillas de sólo 30 cm de altura. Su unidad de
propulsión era un objeto no mayor que una pelota de béisbol, que irradiaba un
campo antigravitatorio a través de una columna hueca, emplazada verticalmente
en el centro de la nave.
Lazar tuvo acceso a un memorando
que confirmó sus sospechas. Había una cantidad impresionante de información
sobre ovnis, incluso fotografías de autopsias de pequeños seres grises con
grandes cabezas calvas. Se afirmaba que los alienígenas procedían de la galaxia
Zeta Reticuli y se citaba un incidente, ocurrido en 1979, en el que los
alienígenas mataron a varios guardias y científicos de la base. Todo ello le
convenció de que estaba trabajando en una nave alienígena, creada por mentes
alienígenas con materiales alienígenas.
Él nunca afirmó categóricamente
que viera alienígenas en el S-4, pero sí vio algo extraño. Andando por un
pasillo pudo observar, a través de una puerta entreabierta, a dos hombres con
batas blancas mirando hacia abajo y hablando a algo pequeño con brazos largos.
Sólo fue un vistazo rápido, pero
no sé qué podía ser aquello, dijo Lazar
Valorando las Pruebas
Son afirmaciones increíbles.
Ahora bien, ¿estaba Lazar adaptando a sus propios fines los lugares comunes de
platillos voladores y hombrecillos grises o su historia prueba que son
auténticos?
Según George Knapp, que
entrevistó a Lazar en la televisión, más de una docena de personas han aportado
desde entonces datos que parecen apoyar las afirmaciones de Lazar tiene en su
poder la grabación en video de un testimonio que estuvo a cargo de importantes
planes militares. Asegura que las autoridades conocen la tecnología alienígena
y han tenido en su poder a alienígenas desde los años cincuenta.
Sin embargo, el video no será
emitido públicamente mientras ese hombre esté vivo, ya que todos los testigos
quieren permanecer en el anonimato por temor a las consecuencias.
Amenazas de Muerte
Otro periodista que investigaba
el Área 51 abandonó por miedo a las represalias. Un ingeniero electrónico dijo
que había visto un platillo volante y estaba dispuesto a declararlo en un
programa de televisión. Se echó atrás al percatarse de que era vigilado. Otro
testigo fue amenazado directamente: "Sabemos que viaja mucho -le dijeron-,
y no nos gustaría que usted o su familia sufrieran un accidente".
Ante la cámara, Lazar se muestra
frío, calmado y sin pretensiones. No alardea de conocimientos en temas que no
domina. Ha contado siempre la misma historia, lo cual no es habitual en los
falsos testigos. Pero él mismo tiene algunas lagunas: no ha podido demostrar
documentalmente sus dos diplomas obtenidos en prestigiosas universidades
norteamericanas, está arruinado y fue declarado culpable de regentar un burdel.
Los motivos de Lazar para dejar el anonimato son también dudosos. Asegura que
lo hizo porque pensó que no dar la cara era un insulto para la ciencia y los
ciudadanos de su país. Sin embargo, sus bocetos de la nave alienígena se han
comercializado en forma de maqueta y ha vendido los derechos de su historia
para hacer una película.
Lazar asegura que, entre 1982 y
1984, trabajó para la Iniciativa de Defensa Estratégica (la guerra de las
galaxias) en el Laboratorio Nacional de Los Alamos, en Nuevo México, lo cual
fue negado rotundamente por las autoridades, asegurando que no había ningún
documento que probase dicho empleo. Pero durante su investigación, el
periodista George Knapp vio que el nombre de Lazar constaba en el directorio
telefónico interno de Los Alamos. Por otra parte, parece confirmarse por la
declaración de la renta.
Desde entonces han salido a la
luz mas datos. En 1995, una empresa alemana distribuyó un video titulado
Secrets of the Black World, en el que aparecen varios testigos que aportan más
información sobre lo que ocurría en el Área 51.
¿Una Prueba de Video?
Norio Hayakawa, de una emisora de
TV japonesa, capturó en imágenes la fugaz aparición de un objeto que se elevaba
desde el Área 51. Filmó una luz resplandeciente, que se deslizaba por el cielo
sobre las montañas. Un posterior análisis de la película por computadora llevó
a Hayakawa a concluir que "definitivamente el objeto no es un avión
convencional".
Otras muchas filmaciones muestran
un objeto brillante que se desplaza por el cielo a velocidades increíbles y que
ejecuta maniobras presuntamente imposibles. Uno de ellos se aproximó a un
equipo de la NBC, y sus miembros regresaron con quemaduras producidas por
radiaciones radiactivas. Algunos llegaron más lejos, al parecer hasta el
interior del S-4, y filmaron una habitación llena de sarcófagos metálicos donde
se almacenan alienígenas muertos.
Desgraciadamente, captar un ovni
en película o en cinta de video no es una prueba definitiva de su existencia.
En Secrets of the Black World pueden verse dos platillos voladores, pero uno de
ellos tiene el aspecto de un reactor volando a poca altura y el otro era una
secuencia mal montada de un "cubo de basura volador".
A pesar de todo, muchos piensan
que está ocurriendo algo en el desierto de Nevada.
"Hay por lo menos ocho Black
Programs volando por el Área 51", asevera el escritor aeronáutico Jim
Goodall.
Los Black Programs son proyectos
secretos del Gobierno, como el bombardero "stealth". que incluyen
asombrosas pruebas de velocidad y maniobrabilidad que pueden hacer pensar a
muchos que se trata de platillos voladores.
Goodall cree que las aeronaves de
las que habla son silenciosas e increíblemente rápidas, como una que abandonó
el Área 51 y fue detectada por un radar volando a más de 16.000 km/h. Goodall
pone en duda que tales velocidades estén al alcance de la tecnología humana.
Cuando Goodall preguntó al ex presidente de Lockheed si creía en la existencia
de los ovnis, éste respondió: "Sí. Estoy plenamente convencido de su
existencia".
Una llamada Frenética ¿realmente ese hombre decía la verdad?
1 comments:
VIVA LA LIGA DEPORTIVA ALAJUELENSE!!!
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